
La bulimia puede presentarse como un padecimiento a largo plazo, fluctuante durante muchos años, o bien como un problema de salud episódico, precipitándose en función de los eventos y crisis de la vida de quien la padece. A corto plazo, algunos informes médicos sugieren que hay una mejoría del 50 por ciento en el comportamiento (en los atracones y en las purgas) en aquellos pacientes que pueden comprometerse con un tratamiento.
Aún no han podido identificarse factores consistentes que permitan predecir el resultado del tratamiento.
Aspiración (paso del contenido gástrico al árbol bronquial)
Rotura esofágica o gástrica
Neumomediastino (entrada de aire al interior de la cavidad toráxica)
Hipopotasemia (niveles bajos de potasio en la sangre)
Arritmia cardíaca
Ansiedad o compulsión por comer
Vómitos
Abuso en el consumo de medicamentos laxantes y diuréticos
Seguimiento de regímenes dietéticos diversas
Deshidratación
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